Newsletter Aerolatino-Geba | Manual Junior | Cuarta Parte La Dirección | Técnicas de conducción | Curso JCI de oratoria

La voz

Con la voz se efectúan sonidos; combinando esos sonidos se transforman en palabras y combinan olas palabras se expresan ideas y pensamientos. Para el máximo efecto del auditorio, esta combinación de palabras debe ser audible, clara y agradable de escuchar. Los medios por los cuales se producen, combinan y controlan sonidos son descriptos a continuación, con recomendaciones expresas para mejorar en el marco de las dificultades comunes.

Ritmo

El ritmo, al decir un discurso, es la velocidad con que un orador expresa sus palabras. Cada uno de nosotros tiene un ritmo "normal" de conversación.

Esto es en gran parte debido al resultado de nuestra educación, lo que nos rodeó mientras crecíamos y el medio ambiente donde nos hemos desarrollado. No hay un ritmo propiamente normalizado para hablar. No podemos hablar con una lentitud tal que invite a nuestros oyentes a dormitar. Tampoco podemos emitir las palabras tan rápidamente que se agolpen y no puedan ser comprendidas. Como regla general, debe hablarse lo ápidamente necesario para que resulte interesante y lo suficientemente despacio como para ser comprendido. Deje que su ritmo de hablar sea gobernado por el pensamiento, la idea o la emoción que está tratando de comunicar.

Se debe usar una modalidad lenta para manifestar preocupación, deliberación o tristeza. Se debe usar un ritmo más rápido para la alegría, la excitación la acción vigorosa. Dependiendo de la propia personalidad y de acuerdo con la idea que se quiera comunicar al auditorio, se puede agregar cierto énfasis, disminuyendo o aumentando el ritmo.

Dificultades comunes
1. Lento, es un ritmo cansador.

Esfuércese por mejorar el ritmo. Planee al expresar sus ideas específicas, rápida o lentamente, según convenga al caso. Lea en voz alta e interprete el sentido de las palabras por la entoncación que les dé al expresarlas.

2. Ligero, es un ritmo "ametralladora".

Esfuércese por disminuir. Reconozca la necesidad de los oyentes de asimilar ideas y deles el tiempo necesario para que así lo hagan, emitiendo las palabras claramente y haciendo pausas para dejarlas que "penetren". Lea en voz alta y exprese el significado de las palabras cuidadosamente, a un ritmo que encuadre con su interpretación.

3. Vacilante, ritmo "picado".

Concéntrese y manifieste cada idea por separado. Haga una profunda inspiración antes de comenzar y respire en su intermedio, pero no en la mitad de ideas y frases.

Pausas

Al escribir usamos puntos, comas, comillas y otros signos de puntuación para separar los pensamientos y las ideas y para otorgar a nuestras palabras el significado y el énfasis deseado. Al hablar se cumplen las mismas funciones en un más alto grado, debido a las pausas. Estas también se usan para obtener ciertos efectos, por ejemplo: el humor, el drama, o bien para provocar pensamientos. Al usar la pausa como efecto se debe reforzar dicho efecto por medio de una acción corporal, por ejemplo con la expresión de un gesto.

El uso apropiado de las pausas cumple cuatro misiones:

  1. Los escuchas quedan capacitados para absorber ideas.
  2. Se tiene oportunidad para poder concentrarse en otros puntos.
  3. Se da énfasis, significado e interpretación a las ideas.
  4. Se tiene oportunidad de respirar.
Dificultades comunes
1. Pausas insuficientes

Empiece por leer en voz alta algo que a usted le guste y esfuércese por hacer pausas entre ideas, puntos, comas y otros signos de puntuación. Ensaye después, usando las pausas, pero sin leer el material.

2. Demasiadas pausas.

Esta dificultad es causada comúnmente por falta de conocimiento en la materia o por no adecuar ni planear el discurso. El orador no está seguro de la secuencia de sus ideas y así tiene que organizarlas mientras está en el estrado. Estudie su material, organícelo en un papel y luego ensáyelo hasta que sus pensamientos y palabras fluyan con suavidad.

3. Uso excesivo de "Eh" o "Este".

No tenga miedo de hacer pausas. El silencio bien ubicado en el transcurso de un discurso es más efectivo que muchos sonidos guturales sin sentido. Use la misma técnica que la expuesta en el punto 2 (Demasiadas pausas), y deje de lado los "eh" y "este".

4. Pausas en medio de ideas.

Aquí su problema es el de coordinar dos funciones necesarias: pensar y respirar. Piense en sus oyentes mientras habla, concéntrese aclarando cada idea mediante una pausa interpuesta entre cada una de ellas. Luego coordine su respiración con el fraseo de sus palabras. Pequeñas pausas entre frases, respiraciones profundas o largas pausas entre las ideas.

Inflexión

Así como las notas musicales se vuelven melodía cuando se las coloca en distintos lugares de la escala musical, su voz se vuelve más interesante y sus palabras más significativas cuando se las varía de tono. Esta es la inflexión.

He aquí un ejemplo para ilustrar cómo los signos de puntuación y la debida inflexión de distintas palabras cambia el significado de una frase:

"El alumno Juan, dice la maestra, no sabe nada".

"El alumno Juan dice, la maestra no sabe nada".

La inflexión es la llave maestra de cualquier clase de expresión, emocional, persuasiva, convincente. Con ello se puede llevar al auditorio a las lágrimas o a la risa y también impirmir las ideas indeleblemente en sus espíritus. Sin ello los incitará a dormir.

Como la pausa, la inflexión es un modo de poner los puntos en un discurso, pone los signos de interrogación al final de las preguntas, hace el relato de los hechos más verídico y ayuda a poner el signo de admiración al final de alguna manifestación más ampulosa. La inflexión es la diferencia principal existente entre las palabras simplemente dichas y las ideas expresadas con significación.

Dificultades comunes
1. Monotonía. Sin inflexión.

Hemos dicho que la inflexión comprende sentimiento y significado. Pero esta es una situación similar a la vieja cuestión del "huevo y la gallina", porque también el sentimiento produce la inflexión. Uno debe demostrar espontáneamente lo que siente a través de lo que dice. Lea en voz alta y practique cambiando el tono de voz según el significado de las palabras.

2. Inflexiones mal colocadas.

Baje las inflexiones de la voz al final de las frases para expresar convicción y lo que es positivo. Téngase cuidado de las inflexiones graves dentro de la frase misma, porque cada inflexión grave da una sensación de finalización de la idea que se está manifestando, proporcionando una impresión desconectada en el espíritu de quien escucha. Use una inflexión levemente levantada dentro de la frase para indicar que el pensamiento no se completa; esto permite mantener juntas las ideas y dar unidad al pensamiento.

Fuerza

Una oración enérgica combina el volumen o el poder de la voz, con la vitalidad y la fuerza demostrada en la convicción del orador, colocando apropiadamente o enfatizando las frases y palabras claves. Como en el ritmo, la pausa y la inflexión, la fuerza lleva al sentimiento, dando sentido y agregando énfasis. Aun cuando existe disparidad en los tres factores previamente considerados, no pueden ser separados. Involucra ritmo, pausa e inflexión, aportando poder, plenitud de tono y una regulación correcta del tono alto de la voz.

El auditorio no responderá a un ruido constante en sus oídos del orador que grita y es insensible a los sentimientos. Tampoco se convencerá con los modos fríos, displicentes, de un orador que es calmoso, tranquilo conversador o sermoneador.

El conocimiento del tema y una firme convicción de lo que se planea, para exponer ideas, lo facultará para ponerse en contacto mental con el auditorio, guiando su pensamiento con calma, encauzando los puntos con seguridad y luego dejando que el silencio subraye el significado de las palabras.

Dificultades comunes
1. Falta de volumen

Trate de que las personas que están ubicadas más lejos lo oigan. Practique en un salón y hable a alguna persona ubicada en la última fila de asientos.

Muchas personas lo consiguen alzando el tono de voz y agregando un poco más del sonido nasal habitual. Sobre todo no grite, no esfuerce su voz. Mantenga pecho y garganta relajados.

2. Dar volumen al final de las palabras o frases

Levantar el volumen de voz y bajar al mismo tiempo el tono de voz, es generalmente el resultado de una confusión o falta de costumbre. Desarrolle el hábito de escuchar el sonido de su propia voz y podrá juzgar si se le oye o no. Lea en voz alta y concéntrese proyectando sus palabras hacia un escucha sentado al final del salón.

3. Fracaso al dar énfasis a los puntos importantes y/o palabras claves

Conozca su tema. Identifique sus puntos principales, después practique dando énfasis a los mismos. Usted no puede esperar que sus escuchas deduzcan de por sí las ideas principales. Usted debe interpretar para ellos, recalcando las frases y palabras claves con volumen, tono, ritmo y pausas.

Articulación

Hay dos tipos básicos de sonidos, vocales (a, e, i, o, u, y algunas veces y) y consonantes (todos los otros sonidos). La articulación para nuestros propósitos está definida como la producción y combinación de sonidos separados que producen el desarrollo verba. Comprende la acción de la lengua, dientes, mandíbulas y labios, conjuntamente con la respiración para formar y diferenciar los sonidos específicos. La riqueza del habla está radicada en las vocales; recuerden la máxima: "Las vocales dan belleza, las consonantes claridad". Repítase las vocales para sí mismo y note que la respiración se conforma de manera que se puede obtener una diferencia en el sonido no interrumpido. Ahora pronuncie las consonantes y note que cada una significa una interrupción de la corriente respiratoria por medio de la lengua, los labios y los músculos de la garganta.

Para ser un buen orador debe tener por objetivo la claridad en la articulación. Debe evitar temblor, tartamudeo y superposición de palabras. La oratoria será mas fluida y la tarea se encarará con más limpieza poniendo atención en lo que se dice.

Practique pronunciando palabras en la forma correcta que se deben decir. Recalque todas las consonantes, las "eses" finales, haciéndolo durante su conversación diaria. Relaje su garganta, lengua, mejillas y labios, y úselos para transformar los sonidos en palabras limpias, brillantes y claras.

Pronunciación

Pronunciación es el sonido o articulación de una palabra con acentuación en la sílaba que corresponde, en concordancia con el buen uso del idioma.

La ignorancia de una correcta pronunciación puede corregirse adquiriendo el hábito de escuchar cuidadosamente a oradores cultivado y usando el diccionario cuando se tenga dudas.

Gramática

La gramática es el uso correcto de las palabras; ello se adquiere familiarizándose con la buena literatura y vinculándose con gente bien hablada, en mucho mejor forma que memorizando reglas y principios académicos. Por sobre todas las cosas usted debe desear hablar correctamente.

El uso de la buena gramática debe basarse ante todo en un programa bien desarrollado. Se debe adquirir noción de lo que está bien o mal usado, no por un período de semanas y meses sino para toda la vida. Lea todo lo que pueda de los buenos escritores de la vida, escuche de cerca a la gente de léxico cultivado, utilice algunos textos de gramática y el uso de preguntas y respuestas que de ella provienen. Después practique la buena gramática. Su manera de hablar y su personalidad evidenciarán un gran cambio para mejorar.

Resumen

Aun cuando en esta sección se han especificado varios medios para corregir dificultades comunes, hay tres formas en que se pueden mejorar todos los matices de la voz.

  1. Por medio del uso de una cinta grabada, para poder escucharse periódicamente y saber cómo suena al oído de los demás nuestra voz. Eso faculta para corregir errores en el momento, lo que de otra forma puede pasar desapercibido.
  2. Leer en voz alta para una o varias personas. Si tiene hijos o una esposa paciente, o ambas cosas, ellos pueden constituir un buen auditorio. Elija lectura selecta, de la que usted particularmente disfrute, e interprete su significado mediante sus propias inflexiones de voz.
  3. Finalmente, escúchese a sí mismo. Adquiera el hábito de evaluar constantemente el uso de los factores anteriormente mencionados y, aunque no le sirvan de ayuda, podrán incrementar su efectividad.
facebook feed