Finales no es un Dibujo para estar en Medio

Pablo Di Masso
FINALES
29,5 x 42cm
Año 2010
Pablo Di Masso
FINALES
29,5 x 42cm
Año 2010
pablodimasso.com.ar/Obras

Finales no es un Dibujo para estar en Medio

viernes, 25 de febrero de 2011 06:35
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Pablo Di Masso

Caro Augusto,

Finales no es un dibujo para estar en medio.

A veces el azar y la casualidad forman un combo interesante y entre sus picardías lanzan una repentina sucesión de hechos que, en ocasiones, son más suculentos en su explicación que en su peligrosa existencia.

Es el momento histórico, y sin respuesta definitiva, de los “porqués”.

Como decía Peitopheles de Nonnanita, “si alguien tiene intención de dejar huella, es mejor dejarla profunda y duradera, servible, en vez de ir salpicando la biografía con pisadas ligeras”.

No es un axioma, pero sirve para dar cuenta de algunos finales, aunque los autores de esos finales no estén allí en el momento de mirar hacia atrás. Con o sin ira. Sin nada.

En cierta ocasión, mi hija María se cruzó en la India con un físico de mediana edad que vivía en una cueva y mantenía conversaciones científicas sobre el modo de comprender el hinduismo. Lo hacía por la limosna, aunque la cueva era confortable y el antiguo profesor universitario disfrutaba hurgando en los entresijos de la física y la transmigración de las almas, la reencarnación y otros episodios finales.

Fue la primera vez que pensé en el cuadro, aunque no lo vi. con claridad, fue solo una alerta para el futuro. No había prisas. O yo no sabía que la había. Que resulta muy eficaz ponerle nombre e imagen a los espectros y de ese modo, aunque nunca serán amigos de confianza, por lo menos no se convertirán en intrusos sorpresivos.

La segunda vez que “Finales” se compuso con más meticulosidad en mi automatismo para registrar imágenes posibles, ocurrió en Mallorca adonde mi hijo Nicolás y su mujer, Sara, habían ido a rodar un cortometraje en un predio boscoso y prestado.

Era una historia de Sara sobre dos mundos paralelos y los malabarismos que hace la imaginación para cruzarlos en una acción de finales dramáticos. Era, también, un relato de finales, aunque en el tema de los universos coincidentes nunca está muy claro si las cosas ocurren por completo en la dimensión que duele.

En el predio contiguo había una mujer joven bailando. Nicolás y Sara se quedaron observándola en un alto del rodaje.

Era una danza extraña, desconocida para ellos, y más extraño aún, la joven parecía estar completamente sola en medio de un claro que se abría entre coníferas, sobre un pasto amarillento, moviéndose como una gata con la sangre de la diosa Khali.

No se atrevieron a interrumpirla y, al cabo de un buen rato, casi cuando debían regresar a los universos paralelos, y cuando Sara pensaba en un nuevo corto con aquella danza infinita, la joven se detuvo, sonrió y avanzó como si levitara hacia el linde entre los dos terrenos.

-Una danza hermosa –le dijo Nicolás-, jamás había visto nada igual.

-¿Qué danza es?- quiso saber Sara.

-Es una danza japonesa. Jiuta-mai.

-¿Dónde se aprende? –insistió Sara.

-Yo la aprendí en el siglo XII –dijo la joven con una mirada lacrimosa e intensa-. Fue durante el periodo Heian.

En ese momento gritó una lechuza y Nico y Sara se volvieron alarmados por el sonido inesperado, completamente inoportuno en aquella especie de tiempo muerto en el que tenía lugar la conversación.

Cuando se volvieron hacia la bailarina, ya no estaba allí

Fue otro final, pero uno que se enredaba de un modo ¿casual? con su historia de los mundos paralelos y en el que también intervenía una lechuza alegórica.

Cuando me contaron el episodio, una tarde de febrero, con una taza de té verde humeante entre las manos y unos exquisitos muffins de dulce de leche, supe que el cuadro estaba terminado en mi cabeza. Un paisaje, el de mi cabeza quiero decir, tan caótico que resultó reconfortante ver algo con tanta certeza.

Y lo pinté retorcido y casi totalmente en blanco y negro con unos pedazos ocre como resistiéndose a naufragar entre todas las explicaciones inútiles que circunvalaban al tipo, en plena travesía final.

Es cierto, también, que mi vieja, una especie de nave capitana entre las turbulencias de la flota familiar, había muerto hacía unas semanas. Todo se orientaba hacia el final. O los finales.

Por eso digo que no es un dibujo para estar en medio.

En fin.

Un abrazo.

Pablo.

Muchas gracias Pablo !

Pablo Di Masso
FINALES
29,5 x 42cm
Año 2010 la diosa khali lechuza Green tea dulce de leche mini-muffins

  1. Pablo Di Masso
    FINALES
    29,5 x 42cm
    Año 2010: pablodimasso.com.ar/Obras
  2. la diosa khali: picasaweb.google.com/lh/photo/ ... TFxcvktoZ33kdRA
  3. lechuza: mundofotos.net/foto/fantasy/718988/lechuza
  4. Green tea: answersto.wordpress.com/2010/1 ... reen-tea-lately
  5. dulce de leche mini-muffins: laollasuiza.blogspot.com/2006/ ... ni-muffins.html

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