Caro Augusto,

En "Tiempo de revancha" Luppi lo pierde todo, incluso se corta la lengua, para conservar intacta su cruzada contra la impunidad, la explotación, la muerte y ese sarcasmo belicoso que practican los que manejan el dinero largo. Se trata de esa casta que en películas y novelas y series de televisión, no importa el tema, figuran bajo la frase de "los de arriba".

"A veces", me dijo en cierta ocasión un amigo, Rocco Sartó, "pienso que cientos de obras que vemos, leemos o escuchamos perderían su esqueleto argumental si esa suerte de McGuffin en la que 'los de arriba' deciden, ponen en peligro puestos de trabajo y ordenan desapariciones, se esfumaran del planeta creativo".

Y yo, desde una suerte de altiplano, porque sería obsceno caer en la heroicidad de sentirme abajo de todo, pensé que efectivamente, si esos grupúsculos que se alojan 'arriba' no lo estuvieran, entonces el mundo sería algo distinto. Ni siquiera me atrevo a suponer su diseño. Sigo sin esa cualidad heroica de la anticipación o el presagio.

En ese planeta en el que todos habitamos como pasajeros de caminos permanentemente bifurcados, hay mucho verso. Los de arriba son el verso maligno, por darle una conformación tan poética como epidémica.

Un tipo puede sentarse a escuchar un tango, tomar una copa e, incluso, soñar con alguna felicidad posible o utópica, pero está continuamente sumergido en una marea negra de verso letal. Y no hay cómo zafar.

Políticos, periodistas, formadores de opinión, artistas, correveydiles de toda ralea se ocupan de generar casi como un deporte contagioso ese tsunami de verso, de demasiado verso, que asfixia como un nuevo cordón umbilical vivo y estrangulador que, incluso, mata al feto imaginativo que llevamos adentro. A veces muy adentro.

Así las cosas, y para no obligarte a cortarme la hemorragia del cuento con un delete merecido, me parece globalmente adecuado que en estos tiempos de lengua sin fronteras hayas escogido "Mucho verso" para tu página amiga

Un abrazo.

Pablo