Me lo crucé en Montevideo y me dijo que era Hoagy Carmichael

Pablo Di Masso
PIANISTA BLUE
2006
12 x 15 cm
Pablo Di Masso
PIANISTA BLUE
2006
12 x 15 cm
pablodimasso.com.ar/Obras/(p)/2

Me lo crucé en Montevideo y me dijo que era Hoagy Carmichael

jueves, 18 de noviembre de 2010 18:44
Re: Solicitar Permiso

Pablo Di Masso

Caro Augusto,

me lo crucé en Montevideo y me dijo que era Hoagy Carmichael.

Era muy parecido a aquel pianista flaco, con pinta de tuberculoso, con el faso siempre colgando de la comisura de los labios y mirando sin la menor ilusión a una espléndida Lauren Bacall en Tener y no tener.

Era a principios de los setenta y el hombre era un anciano pero continuaba dejando que la ceniza del pucho le cayera como caspa caliente sobre los solapones de un enorme gabán marinero.

Yo estaba leyendo en un boliche cerca del puerto y el tipo se sentó a mi mesa sin darme explicaciones.

Lo miré un segundo sin prestarle importancia. Era uno de esos bares en los que cualquiera se sienta donde le viene en gana, como en los bistrots franceses. En lo que a mí respecta, y no sé si les sucederá a los rioplatenses en general, necesito algo más de intimidad en una mesa de café. Pero en ese momento estaba solo y no me importó.

Pidió una copa de vino tinto y mientras el mozo iba a buscarla comenzó a teclear sobre la mesa con todos los dedos mientras tarareaba una melodía muy hermosa que me parece que era que dice “tu sei per me la piu bella del mondo”.

A Fred Bongusto le hubiera encantado sumarse a la mesa.

Dejé el libro y lo observé con atención.

Sonreía con los párpados entornados para evitar que el humo le entrara en los ojos y sostenía una media sonrisa escueta mientras la melodía que susurraba, con mucha entonación, escapaba como un siseo de su garganta.

Parecía, a la vez, el ventrílocuo y el muñeco porque no movía los labios y apenas si agitaba el cigarrillo cada vez que daba una larga calada y tragaba con desesperación el humo que luego salía enmascarado junto a las sílabas neblinosas.

Daba la impresión de que el tipo siempre hubiera sido un solitario empecinado, u obligado, uno de esos actores secundarios sin los que la película se desmorona pero que desde la butaca nadie lo imagina haciéndose una tortilla, cambiando los pañales a un bebé y, mucho menos seduciendo a la diosa más bella, sino más bien entrando y saliendo sin compañía de alguna sesión de alcohólicos anónimos.

El mozo apareció con el vino y una copa, la llenó y el tipo le agradeció con un leve movimiento de la cabeza, sin dejar de tocar y tararear durante el minuto largo que le faltaba para terminar con su actuación.

Entonces tomó todo el vino de un trago y pidió otra copa.

El mozo, con esa sabiduría que se mama en la calle y los años repletos de sabañones y mamados, se había quedado muy cerca con la botella en la mano.

Le sirvió y el tipo volvió la acabó de un sorbo largo. Chasqueó la lengua, se frotó los ojos, sonrió y sostuvo la copa para que volviera a llenársela.

-Gracias –dijo en castellano con un fuerte acento inglés, más precisamente estadounidense, moviendo la cabeza y sonriendo como si estuviera pensando en algo muy gracioso que sólo sucedía de sus pupilas para adentro-. Ésta es la última.

El mozo se alejó y el tipo encendió un nuevo cigarrillo sin filtro con la colilla del otro.

-Los pianistas –me dijo entonces, como si acabara de reparar en que yo había asistido a todo su espectáculo- no somos especialmente tristes. Es la atmósfera que la gente suele crear a nuestro alrededor. ¿Sabés qué creo?

Lo miré fijamente durante varios segundos mientras él buscaba en algún lugar las palabras exactas de lo que creía.

-Creo que nosotros, los que tocamos jazz y melodías antiguas, somos los inventores de la nostalgia de los otros. Es una maravilla y también una maldición.

Sorbió lentamente el vino hasta que acabó la última gota.

-Está invitado –le dije emocionado, pensando que era lo menos que podía hacer por él.

Bogey lo hubiera hecho y Lauren se hubiera acodado a la mesa y acompañado su serenata silenciosa. Estaba seguro.

-Por eso nos pagan las copas… -dijo poniéndose en pie.

Saludó llevándose dos dedos a la sien y se marchó como un bailarín entre las mesas.

Llamé al mozo y le pedí un vino.

Y por eso le pinté los alrededores de azul.

Él era su propio blues.

Un abrazo.

Pablo.

Muchas gracias Pablo !

Memorable encuentro. Gran personaje Carmichael. Leyenda de la música norteamericana. Autor de gran número de temas inmortales para sinnúmero de películas. Ian Fleming afirmó en Casino Royal (1953) que James Bond tenía un cierto parecido con Hoagy, pero eso fue 20 años antes de tu encuentro.

Buena observación la que anotaste "somos los inventores de la nostalgia de los otros". Un integrante del Club del Clan, hace algunos años, manejaba bailes en el bellísimo 8ª piso de Geba Aldao bajo el título de "La Nostalgia está de Moda".

La Più Bella Del Mondo, hermoso tema de Marino Marini que me encanta en la interpretación de Natalino Otto youtube.com/watch?v=MnLZeak3wpg.

Otro día podemos traer a otros pianistas y al color azul. Como Mariano Mores (Cuartito Azul: "Aquí viví toda mi ardiente fantasia y al amor con alegria le canté")

Bailador, Youtube ofrece un gran banquete con Carmichael en youtube.com/watch?v=Em3xyZz_mow

imdb.com/video/screenplay/vi4241556505 (02:47)

Pablo Di Masso
PIANISTA BLUE
2006
12 x 15 cm Montevideo (Uruguay) Stardust & Much More
de Hoagy Carmichael
RCA Classics Mercado del Puerto, Montevideo, Uruguay [J. Giambruno, Centro Dharma]

  1. Pablo Di Masso
    PIANISTA BLUE
    2006
    12 x 15 cm: pablodimasso.com.ar/Obras/(p)/2
  2. Montevideo (Uruguay): southamericanviajes.com/cgi-bi ... alles.cgi?id=67
  3. Stardust & Much More
    de Hoagy Carmichael
    RCA Classics: us.7digital.com/artists/hoagy- ... 1/?languageId=3
  4. Mercado del Puerto, Montevideo, Uruguay [J. Giambruno, Centro Dharma]: uruguay.suite101.net/article.c ... o-de-montevideo

Publicado en

siguiente >>