Condenado a Correr por una Cinta de Moebius

Pablo Di Masso
UTOPÍA EN EL LABERINTO
52 x 72 cm
Tinta sobre papel
Año 2012
Pablo Di Masso
UTOPÍA EN EL LABERINTO
52 x 72 cm
Tinta sobre papel
Año 2012 [fuente]
pablodimasso.com.ar/Obras/(p)/3

Condenado a Correr por una Cinta de Moebius

domingo, 21 de octubre de 2012 00:42
Re: Solicitar Permiso

Pablo Di Masso

21/10/2012

Caro Augusto,

“Llamadme Ishmael. ¿Llegarás tarde esta noche? Pon tu firma en mi braga. ¿Encontraría a la Maga? Otra vez hay mar gruesa...” recitó Peitopheles de Nonnanita con los antebrazos apoyados en las rodillas, sentado en el escalón del pasillo que daba a la calle. Tenía la pipa apagada entre los dientes y los labios entreabiertos. La expresión lo hacía sonriente y quienes lo miraban estaban seguros de que recordaba alguna alegría pertinaz.

Nosotros, sentados también allí, en la vereda, mientras anochecía, experimentábamos una adoración chiquilina por el verano. Chupábamos naranjas con los labios ardiendo y escuchábamos sin mirarlo y, en esa ocasión, sin comprender a qué se refería.

-Ahora no importa mucho, pero sepan que son los comienzos de algunas de las novelas que más influencia van a tener en ustedes.

En aquellos días importaba muy poco si recordábamos o no todo lo que nos decía. Supongo que metía esas frases en sus cuentos para relatarse a sí mismo como si fuera su único cómplice y nosotros una pandilla de secuaces que ignoraban la amplitud de sus planes. Con el correr del tiempo, una frase que, ahora que la recuerdo, esa de “el correr del tiempo”, Peitopheles aborrecía, fuimos conociendo esas novelas y, esto era lo esencial del relato, el descubrimiento de la utopía. O eso creíamos.

Estaba frente a la cartulina en blanco y sumergido en este pedazo de memoria de tantos años, cuando comencé a embadurnar la página con una línea viboreante, como si deseara marearla para que no me llevara la delantera. Confundir el trazo para que los dedos no supieran cómo seguir asidos a la fibra y se encontraran operando con unos segundos de retraso. Y así se llenó toda la superficie.

“La utopía no se descubre nunca porque es una ficción”, solía decir el cuentista. “Felizmente la realidad no la alcanza ya que en ese caso nos agotaría las ganas. ¿Y qué un ser humano sin ganas?”

Así embarullada la cartulina no tenía ganas.

Era un inmenso laberinto imposible, sin nadie que lo desentrañara, sin utopía o, mejor, con la utopía perdida entre los caracoleos inesperados de la línea que se huía a sí misma.

Peitopheles nos había explicado en cierta ocasión las andanzas de un tipo condenado a correr por una cinta de Moebius perseguido por su idea de la muerte que no quería conocer. Cuando estaba extenuado podía tomarse un respiro, sentarse unos minutos o caminar de espaldas mirando hacia un atrás que luego estaría por delante pero que, aún así, conservaba una lógica persistente: la idea despiadada que podía tumbarlo no iba a darle alcance mientras se mantuviera en movimiento y conservara una distancia prudencial. Mientras batallara por su afán de durar. Con ganas.

Confieso que lanzado a la confección de esa textura en fuga me sentí como un perverso. Decidí entonces congraciarme una vez más con la ficción y le puse algunas letras y colores y números que tienen un significado absolutamente disparatado pero que en su conjunto me quitan la desgana. Y eso, al menos en ese momento, sí que valía la pena.

Un abrazo,

Pablo.

Muchas Gracias Pablo !

Pablo Di Masso
UTOPÍA EN EL LABERINTO
52 x 72 cm
Tinta sobre papel
Año 2012 Una cinta de Möbius construida con un trozo de papel y cinta adhesiva.

  1. Pablo Di Masso
    UTOPÍA EN EL LABERINTO
    52 x 72 cm
    Tinta sobre papel
    Año 2012 : pablodimasso.com.ar/Obras/(p)/3
  2. Una cinta de Möbius construida con un trozo de papel y cinta adhesiva.: commons.wikimedia.org/wiki/Fil ... öbius_strip.jpg

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